Hoy hemos ido a dibujar el Circ Raluy,
aprovechando que han venido a Terrassa (y todavía se quedarán hasta el domingo
17 de mayo). Muy amablemente, nos han dejado entrar en el recinto y hemos podido
dibujar el interior del circo, aunque no el interior de la carpa porque en ese
mismo momento había espectáculo.
Muchos hemos entrado en el bar del circo, un carro que,
según rezaba la placa del exterior, se construyó en 1927. Es, probablemente, el
bar más pintoresco (y, desde luego, el más circense) que hemos pisado la
mayoría de quienes estábamos allí.
Y, con mucha suerte, apenas llegamos nosotros,
entró en el bar uno de los artistas del circo, William Giribaldi, malabarista y
guapo, muy guapo. A muchos de nosotros nos ha servido de modelo. No todos los
días tienes a un malabarista vestido de uniforme delante de ti, es una ocasión
que hay que aprovechar.
Así, acompañados de la música que se escapaba del interior
de la carpa, hemos estado dibujando cuanto hemos visto, tanto interior como
exterior y, cómo no, tanto los carros como algunos modelos que se han prestado
a posar para nosotros. Los resultados han sido muy interesantes:
Tampoco podía faltar la “foto de familia” tradicional de
cada encuentro.
La próxima vez habrá que entrar y tratar de dibujar el espectáculo, aunque a juzgar por los aplausos que se oían, probablemente no seríamos capaces de dejar de mirar al escenario.