No pocas epidemias y enfermedades
infecciosas han marcado la Historia de Europa y han afectado a la densidad de población
a lo largo de los siglos. Los problemas de salud hasta bien entrado el S. XX
eran algo que realmente preocupaba tanto a la población como a las
instituciones, ya que una mala gripe (usando la terminología popular) podía
suponer la extinción de pueblos enteros.
A principios del S. XX, Terrassa sufrió
una importante epidemia de gripe que se logró controlar rápidamente, aunque
esto no evitó que el nivel de mortandad debido a esta enfermedad subiera con
respecto a los años anteriores.
En vista de la necesidad de controlar el
contagio de enfermedades infecciosas, la ciudad de Terrassa determinó la mejora
de los recursos sanitarios para que pudieran beneficiarse de ellos aquellas
personas con menos recursos. También se aprobó la construcción del Parque de Desinfección, que
servía para desinfectar las ropas de quienes padecían alguna enfermedad
infecciosa. El parque, formado por dos pabellones diferentes, recibía la ropa
infectada (transportada hasta allí en un coche rojo que advertía a los viandantes
del peligro con ese vibrante color), procedía a su desinfección y la devolvía a
casa del enfermo, esta vez, en un coche blanco.
Inaugurado durante la Festa Major del año
1920, el Parc de Desinfecció es un edificio modernista diseñado por el arquitecto
Josep Maria Coll i Bacardí y se considera un bien cultural de interés local.
Dicho todo esto, ¿no os morís de ganas
por ir a dibujarlo? Entonces recordad: el domingo 18 de octubre nos veremos en la puerta del Parque de Desinfección a las 10:00h. ¡Preparad las libretas!
*Fuentes: Vikipèdia y artículo de Lourdes Plans i Campderrós en el Diario de
Terrassa, el día 3/10/15.
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